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¿Por qué la almendra es un superalimento?

Better Food SA, por medio de su marca Vrink, lanzó una pasta de almendras que aprovecha todas sus cualidades, como reducir el colesterol y aportar el potasio que regula la presión y protege el sistema cardiovascular, entre otros.

Better Food SA, por medio de su marca Vrink, lanzó una pasta de almendras que aprovecha todas las cualidades de este alimento rico en vitaminas, fibra, proteína vegetal y grasas “buenas”, que benefician al organismo. Además, la pasta ayuda a mejorar la digestión, es apta para veganos y también para quienes tienen intolerancia a la lactosa. Es 100% pasta de almendras y no contiene gluten, conservantes ni colorantes.

Usos y beneficios de la pasta de almendras

La pasta de almendras es muy dúctil en su uso, principalmente es un excelente acompañamiento para reemplazar alimentos. Entre ellos los quesos untables o mermeladas para acompañar el desayuno, ideal para pancakes y recetas dulces. También para acompañar ensaladas.

Desde la marca, informan que:

  • Es una buena alternativa a los lácteos para asegurarse la obtención del calcio, el magnesio y el fósforo necesarios para la formación y regeneración de los huesos y los dientes. Su aporte en calcio la hace recomendable en la dieta de las personas mayores, ya que ayuda a prevenir la fragilidad ósea y la osteoporosis.
  • Su riqueza en proteínas y minerales la hacen especialmente beneficiosa durante la gestación y el embarazo. También es un estimulante de la leche materna (galactógena).
  • Es un alimento reconstituyente y tonificante por ser una buena fuente de proteínas, especialmente para los niños y adolescentes, y también para deportistas. Su riqueza en ácidos grasos insaturados y en fósforo la hacen beneficiosa para potenciar el rendimiento intelectual y alimentar el cerebro.
  • Las grasas no saturadas de la almendra constituyen un verdadero bálsamo para el corazón, especialmente sus ácidos grasos monoinsaturados, que son los que más abundan en su composición. Tienen la virtud de disminuir el colesterol LDL “malo” y favorecer el aumento del colesterol HDL, que ayuda a prevenir los accidentes cardiovasculares.

Nota original publicada por Revista Mercado

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Para seguir de cerca: 3 casos de inversiones sustentables y sostenibles

En el país crecen los proyectos que se enmarcan en esta nueva forma de concebir los negocios. Criptomonedas, alimentación e indumentaria se suben a la ola.

Sustentable y sostenible. Dos palabras que se escuchan cada vez más, se parecen mucho y es común que se las tome por sinónimos, pero no lo son.

Según un documento del “Programa Nacional de Formación en Ética para el Desarrollo”, de la Universidad de Lomas de Zamora (U.N.L.Z), el desarrollo sustentable es “el proceso por el cual se preserva, conserva y protege solo los recursos Naturales para el beneficio de las generaciones presentes y futuras sin tomar en cuenta las necesidades sociales, políticas ni culturales del ser humano al cual trata de llegar el desarrollo sostenible, que es el proceso mediante el cual se satisfacen las necesidades económicas, sociales, de diversidad cultural y de un medio ambiente sano de la actual generación, sin poner en riesgo la satisfacción de las mismas a las generaciones futuras”.

Caso 2: alimentación, bebidas vegetales y chocolate

Sostenible y sustentable, también es el chocolate Belcolade producido en Bélgica con la certificación de “Cacao Trace”, un programa de Grupo Puratos, cuya filial en la Argentina ha comenzado a comercializar hace poco tiempo en el país.

El núcleo del programa es una bonificación especial de diez centavos por kilo de chocolate terminado para los agricultores, para que lo destinen a mejoras de su comunidad. Los tres pilares principales del programa son:

  1. Capacitación a los productores para mejorar la calidad del cacao y rendimiento de la plantación.
  2.  Creación de Centros de postcosecha y fermentación del cacao en 7 países productores de cacao.
  3.  El bonus de chocolate (10 centavos de euros) se reinvierte en las comunidades para mejorar sus condiciones de vida, como por ejemplo la construcción de escuelas y maternidades, entre otros. Este año se prevé recolectar 1 millón de euros a nivel global.

“Somos responsables de toda la cadena; no nos es indiferente si la gente realiza su producción en condiciones dignas o no y si encuentra en el cultivo de Cacao un medio para su superación, para mejorar su vida y la de sus familias y entorno comunitario”, destacó Romina Broda, gerente general de Puratos Argentina.

Dentro del rubro alimenticio, también las bebidas vegetales están teniendo un mayor desarrollo en Argentina. Una producción que tiene un impacto sustentable y sostenible en el planeta. “Las bebidas vegetales suman una nueva opción para los consumidores que buscan alimentarse bien y causar menos daño al planeta. Hoy el consumidor es más consciente del origen de los productos que consumen y nosotros somos parte de esa opción dando la posibilidad de acceder a productos alternativos, de excelente calidad y a un precio razonable”, destacó Marcelo D`Abramo, CEO de las bebidas vegetales VRINK.

Nota Original publicada en Ambito

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Milagro blanco: el boom de las leches vegetales

Es la vía láctea no convencional. Almendras, nueces, avena, arroz, coco o girasol son algunos de los insumos que protagonizan la expansión de las bebidas de base vegetal, que amplían el mercado de la ‘leche’ y hasta generan disputa por la utilización de esa palabra, entre los puristas de la industria tradicional y los productores y consumidores de este segmento plant-based que replica localmente una dinámica global.

Es un nicho incipiente en el país, que cobró impulso desde la producción casera, se potenció en los meses de la cuarentena y hoy convoca a pequeños emprendimientos locales y grandes jugadores del sector alimentos. En términos de mercado, su participación es aún marginal y ronda el 1% del total de ventas de leche fluida animal, pero las proyecciones indican que, en el corto plazo, podría más que triplicar esa cifra: en 2020, sus ventas crecieron un 355%.

Las perspectivas también se sostienen al ver la evolución de los números internacionales. Un reciente estudio de la firma Mintel, en el Reino Unido, indicó que un tercio de los británicos ya consumieron estas leches vegetales en 2020, con una participación aún mayor (44%) entre las personas de 25 y 44 años. Al mismo tiempo, el volumen de ventas de la categoría creció un 32 por ciento.

A nivel europeo, España encabeza el consumo per cápita de leches vegetales, en un mercado que mueve más de 318 millones de euros por año, según datos de la consultora Nielsen.

Tendencia en ascenso

Detrás de la tendencia creciente al consumo de productos plant-based, que también comprende sustitutos de lácteos (yogures, quesos) y carnes, aparecen nuevas demandas y perfiles de consumidores. Están quienes eligen consumir productos de origen vegetal por cuestiones de salud (con situaciones como intolerancia a la lactosa, en el caso de la leche de vaca), los motivados por preocupaciones ambientales, al considerar el efecto de la ganadería o la cría de animales sobre el ambiente (emisión de gases, consumo de agua, entre otros puntos) o los que buscan directamente reemplazar alimentos de origen animal por otros derivados de plantas.

Así, el potencial de mercado se expande con el crecimiento del veganismo o la práctica ‘flexitariana’, que no excluye en términos estrictos el consumo de carne, pero busca opciones para su reemplazo en diferentes ocasiones.

“Hay mayor conciencia y un común denominador en este segmento, de que el consumo de animales tiene un efecto nocivo en el cuerpo o el planeta, o que simplemente no les gusta esa alimentación. Eso es lo que está pasando con los consumidores, que empiezan a elegir nuevas opciones”, dice Marcelo D’Abramo, CEO de Better Food, la firma que creó la marca Vrink. Con nueve variedades de bebidas de origen vegetal, la empresa nació en 2018, tiene 13 empleados y espera facturar este año $100 millones.

El diferencial de precio es una paradoja de este segmento: se expande el consumo de productos que, en general, más que duplican a las leches de origen animal. Según explican en el mercado, la menor escala de producción y la utilización de insumos importados (la almendra representa más del 75% del mercado de leches vegetales pero la producción local de la semilla solo abastece el 30% de la demanda) explican este rasgo.

Al mismo tiempo, aparecen innovaciones que buscan potenciar la producción local, como la recientemente lanzada bebida de nuez pecan de Pampa Vida. “La marca nació en abril de 2019, en 2020 vendimos 10 veces más que en 2019 y este año esperamos triplicar. En cuanto al consumidor, hay personas que eligen por una cuestión de salud, otros por ideología y creo que cruza niveles socioeconómicos. Por ahí es más caro, pero comprar una vez por semana le alcanza para lo que consume”, dice Flavio Da Rold, gerente General de la firma

La dinámica del segmento incluye otras particularidades derivadas del perfil de sus consumidores. El impulso del consumo y la preparación hogareña generó un nicho de ventas en dietéticas, donde emergieron marcas artesanales y productos de pequeños emprendimientos. Luego, crecieron nuevas firmas con fabricación industrial y el envasado en cartón, que permite prolongar su vida útil. Así, este canal, bien atomizado, aparece hoy dominado por marcas chicas, con mayor afinidad para un consumidor que tiende a escapar de grandes marcas.

“Había mucha gente que lo hacía en la casa y compraba en dietética, pero la calidad del producto varía mucho si es de hoy o de hace dos días. Entonces nos metimos en el mundo artesanal. A las grandes marcas le cuesta entrar a la dietética, porque en general los dueños de estos locales no suelen querer tener estos productos para diferenciarse del supermercado”, dice José Lanusse, cofundador de Tratenfu, marca nacida en 2018, que terceriza la producción y envasado de su producto en la firma Babasal.

Esta característica genera distorsiones para estimar el mercado: mientras las dietéticas son dominadas por marcas pequeñas, el crecimiento hoy está motorizado por la expansión del consumo en los supermercados. Acá impera el músculo de las grandes compañías del sector, con capacidades logísticas y comerciales más aceitadas, mientras las marcas chicas apuestan por acuerdos de logística y distribución con grandes como Quilmes o Make It Happen para llegar. “A un emprendimiento chico le cuesta entrar, el abastecimiento o recibir los pagos con varios meses de plazo”, reconocen en el sector. “Hace dos años, las dietéticas eran el 70% y hoy cayó al 50%, porque creció el supermercado”, dicen en Tratenfu.

Grandes jugadores

La Serenísima o Silk (Danone) disputan la mayor participación del mercado en este canal. “Hay una demanda que crece, principalmente en gente más joven, millennial, y mucho más en centros urbanos”, reconoce Fernando Siciliano, gerente de Marketing de La Serenísima, que capitaliza su liderazgo en el segmento lácteo para apalancar su línea 100% vegetal, lanzada en 2020.

Otro jugador activo es Coca-Cola, a través de la marca Ades, adquirida en 2016 a Unilever por US$575 millones. Con origen en la soja, ahora Ades también incursiona en la almendra y el coco. “La dietética es un canal interesante, pero hoy para nosotros los canales más importantes son los supermercados”, dice Denise Picot, directora de Marketing de Coca-Cola para Argentina y Uruguay.

Nota original publicada por Esteban Lafuente en LA NACIÓN

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Una charla entre amigos los inspiró a crear un negocio que factura $40 millones

En 2018, tras una inversión inicial de u$s 500.000, Marcelo D’Abramo y Mariano Ruiz crearon Better Food. Con la marca Vrink apuestan por la movida plant-based.

Tenían 38 años y experiencia en el ecosistema empresarial. En 2018, Marcelo D’Abramo, con trayectoria en el mundo publicitario para marcas de consumo masivo y socio en varios emprendimientos gastronómicos, y Mariano Ruiz, al frente de una empresa familiar con más de 40 años en el mercado de aditivos para la industria alimenticia, vieron la oportunidad de unirse con un proyecto conjunto: Better Food.

Tras invertir u$s 500.000, provenientes de la rentabilidad obtenida de otros emprendimientos de los que forman parte, los jóvenes crearon una compañía de alimentos que apunta a mejorar la forma en que las personas se alimentan, creando productos con un aporte nutricional mejorado y haciendo, así, del mundo un lugar más saludable. Todas sus fórmulas se producen con ingredientes naturales.

¿El puntapié? Una charla informal, entre amigos, acerca del consumo de leche, carne vacuna y sus sustitutos. 

A través de la marca plant-based Vrink, los socios desarrollan y comercializan bebidas de origen vegetal. “Aunque popularmente se le llama leche, técnicamente no lo es. Al ser una bebida de origen vegetal, no tiene lactosa ni colesterol y es baja en calorías, lo que la hace más liviana y saludable”, comparte a Forbes D’Abramo, CEO de Better Food, la firma que emplea a 12 personas.

Los socios vieron que había una oportunidad: a nivel mundial, la alimentación plant-based viene creciendo: en los últimos dos años, el mercado europeo de alimentos elaborados a base de plantas creció 49%, con un total de ventas por 3600 millones euros, según el estudio El mercado de las alternativas vegetales en Europa: ¿cuál es su tamaño real?, elaborado por Smart Protein y Nielsen. En Estados Unidos, las ventas de alimentos elaborados a base de plantas registraron un alza de 27% durante 2020, con las bebidas vegetales como categoría líder: representan el 35% del mercado plant-based de ese país, con una facturación anual de US$ 2500 millones, de acuerdo a Plant-Based Foods Association y The Good Food Institute.

En América Latina, el 89% de los consultados se mostró interesado en consumir alimentos a base de plantas, según un sondeo de Ingredion y Opinaia hecho durante 2020. En la Argentina, la cifra alcanza al 78% de la población. De acuerdo a datos de la industria, los argentinos consumen unos 3,5 millones de bebidas vegetales al año, un mercado de unos $ 250 millones.

Vrink

Hoy, Vrink ofrece nueve variedades de bebidas: cuatro de almendras, dos de maní, una de avena y dos de coco. “Estaba convencido que la dieta plant-based era más eficiente que la dieta tradicional. En esta búsqueda de transformar mi alimentación y viviendo en el conurbano, encontré una gran limitación: no había productos plant-based en ningún lugar de mi zona”, agrega Ruiz.

Los primeros tiempos del emprendimiento no fueron fáciles. “Producir con materias primas importadas (N.de la R.: las almendras se importan de California) en un país de inestabilidad cambiaria fue el principal escollo. Lo superamos con buenas negociaciones con nuestros proveedores”, recuerdan los socios de Better Food, la firma que factura unos $ 40 millones anuales y con la que esperan crecer 30% en volumen para este año aumentando la oferta de productos.

Entre los principales hitos de la empresa desde su fundación, los socios se refieren a la formulación de sus productos y al proceso de industrialización, que requirió contar con la experiencia del equipo de SanCor que trabaja en la planta de Sunchales, en la provincia de Santa Fe. Hoy, aseguran, compiten con grandes del mercado lácteo, como La Serenísima, en la categoría bebidas vegetales, y Danone (que elabora la marca Silk). 

Los desafíos ante el Covid-19

La llegada del Covid-19 también planteó desafíos. Durante los primeros meses de la pandemia, las ventas se vieron afectadas por el cierre de los comercios pero, poco a poco, recuperaron su tendencia alcista, impulsada por las grandes superficies y el comercio electrónico. Así la empresa pudo seguir creciendo y generando nuevas categorías. “Otra firma de nuestro grupo es una agencia de publicidad especializada en comercio electrónico, lo que nos permitió rápidamente trabajar en la mejor forma de seguir acercando nuestro producto a nuestros consumidores”, comparten los socios.

Vrink opera a través de comercios de cercanía así como en supermercados y una red de distribuidores. Y la mirada está puesta en el largo plazo: “Tenemos como prioridad internacionalizar la marca de la mano de socios estratégicos en otros países como Chile, Uruguay, Paraguay y Brasil para empezar”.

Vrink

En cinco años, planean estar trabajando en el desarrollo de mercados de mayor volumen y con mayor competencia. “Y en 10, con Better Food establecida como un referente de la categoría alimentos y bebidas saludables/naturales a nivel internacional”, sostienen.

Todo el porfolio de Vrink es vegano, se elabora sin conservantes, aditivos artificiales ni organismos genéticamente modificados (GMO), y aporta seis vitaminas, minerales, calcio y zinc. Las variedades de almendras y maní cuentan con la certificación sin TACC, mientras que la de avena es libre de gluten gracias al insumo elegido para su elaboración.

Nota original de Laura Mafud publicada en Revista Forbes

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Nadie se quiere quedar afuera de la revolución de la alimentación saludable

Una sana nutrición es un tema central en la actualidad. Por ello, las empresas se suben a un mercado en franca expansión.

Según un informe de Ingredion y la consultora Opinaia existe un consenso generalizado sobre la importancia de la alimentación en la calidad de vida. Del estudio se desprende que hoy alimentarse bien significa “ser saludable”. Por eso, explica Andrea Favre, Directora de Marketing de Sudamérica de la empresa, “al momento de consumir alimentos y bebidas se busca saludabilidad, además del sabor y la accesibilidad económica, a la vez que existe un gran interés en conocer cuál es el origen de los ingredientes que se consumen diariamente”.

El 82% de los argentinos se considera satisfecho con su salud y 78% satisfecho con su alimentación. Además, existe un consenso generalizado sobre la importancia de alimentarse bien para estar saludable: la alimentación es señalada como el aspecto más relevante para tener un buen estado de salud (65%), seguido por la realización de actividad física (47%).

“La crisis global por el Covid-19 no solo puso en agenda la cuestión sanitaria y la atención de salud, sino que también ha generado la necesidad de replantear prácticas culturales vinculadas al medio ambiente y la sustentabilidad. Hoy los ciudadanos-consumidores les exigen a las marcas tanto calidad como confiabilidad, pero también se les pide que sean saludables, respetando el medio ambiente“, analiza Favre. Calidad, saludabilidad y confianza son los tres atributos más tenidos en cuenta por los consumidores, a la hora de comprar alimentos o bebidas según el estudio.

Otro de los puntos destacados del informe revela que, en 2020, más de un tercio de los sudamericanos se identifica con alguna corriente alternativa de alimentación, donde el 37% de los encuestados de la región se identifica con alguna de ellas (veganismo, vegetarianismo, flexitarianismo, pescetarianismo). El 80% considera estas corrientes más saludables, mientras que el 44% lo hace para prevenir enfermedades y el 39% para tener opciones más variadas.

Al respecto, Gustavo Pereyra, dueño de Starbread, plantea que, a nivel mundial están cambiando los hábitos de alimentación y estos cambios, fundamentalmente, están dados por elección y por alergias alimentarias. 

Por su parte, Franco Piñero Pacheco, dueño y CEO de Vegan Nature, comenta que la tendencia Plant Based es la que tiene mayor tasa de crecimiento a nivel global. “Uno de los ejes que sostiene esto es el beneficio para la salud: la disminución de las proteínas animales está asociado a un mejoramiento de la salud en general, reducción de peso, reducción de enfermedades crónicas y reducción en las tasas de enfermedades oncológicas”.

En la misma línea, Marcelo D’ Abramo, cofundador de Better Foodempresa creadora de Vrink, sostiene: “Una de las tendencias que vemos más fuertes es el de adopción de hábitos saludables por parte de los productores en cómo comienzan a bajar el contenido de azúcar en sus productos”.

A modo de síntesis, Nito Anello, cofundador de Zafrán, enumera ciertos puntos que hoy son tendencia: etiquetas limpias, productos integrales, orgánicos, diversificación de alimentos de base vegetal, nuevas harinas, alimentos elaborados con legumbres. Sobre esto último, agrega: “La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura está alentando el cultivo de legumbres para luchar contra el cambio climático y garantizar la seguridad alimentaria en todo el mundo. Por un lado, son muy ricas nutricionalmente y adecuadas para la elaboración de nuevas harinas. Por otro, su cultivo es eficiente y ecológico. Además, procesan nitrógeno atmosférico y produce nitratos que mejoran la fertilidad del suelo, reduciendo la dependencia de fertilizantes”.

EL IMPACTO DE LA PANDEMIA: APRENDIZAJE Y EXPANSIÓN

Los últimos informes publicados por Deloitte o Market Research sobre consumo alimentario durante y tras el COVID, coinciden en que gran parte de la población ha reflexionado y ha tomado conciencia de la importancia de mejorar los hábitos de consumo. En este marco, ha crecido la cantidad de empresas vinculadas con la alimentación saludable. De hecho, muchas surgieron en plena pandemia. Otras vieron incrementar su negocio de manera exponencial y debieron ajustar la estructura de la empresa, la producción y la cantidad de empleados. A su vez, para muchas el contexto fue el “envión” que necesitaban para animarse a regionalizar la operación.

“La preocupación de los consumidores por comer saludable y cuidar su sistema inmunológico tuvo un crecimiento exponencial desde el principio de la pandemia”, asegura Romina Broda, Gerenta General de Puratos para Argentina, Uruguay y Paraguay.

“El consumidor está adquiriendo más conciencia sobre los efectos del gluten, los conservantes y los lácteos en el cuerpo apuntando a una dieta vegetariana o vegana. Sentimos que la vara se eleva y nos entusiasma esa búsqueda constante”, dicen las dueñas y socias de Nutree, Belén Belvedere y Dominique Ohaco. “Las personas están cada vez más informadas y buscan productos menos procesados, más naturales, menos industrializados, con pocos ingredientes y de calidad nutricional”, complementa Dana Daverio, de Caja Madre. “Estamos en un fuerte crecimiento de productos Plant Based, alimentos sin origen animal, con menos químicos y ricos nutricionalmente”.

Para Victoria Torterola, creadora de Haulani, los sucesos del último tiempo han generado visibilidad no sólo de cómo nos alimentamos, sino también sobre el origen y la calidad de los alimentos que consumimos y producimos. “Lo que se vuelve tendencia es la información, la educación alimenticia, la conciencia a la hora de elegir lo que se compra, lo orgánico, lo sustentable”, asegura. Para la marca de helados veganos las ventas aumentaron 150% comparadas con las del 2019. “Tenemos un acuerdo cerrado de exportación a Uruguay, varios productos en el tintero, que salen por fuera de lo congelado y de los helados, y toda la intensión de desembarcar en el resto del mundo”, anticipa la vocera.

Tomás Iakub, CEO de Simpleat, comparte esta idea y agrega: “Las personas son cada vez más conscientes de los alimentos que consumen y de dónde provienen, al mismo tiempo que valoran a las empresas que generan un impacto positivo en la sociedad donde operan”. 2020 fue un año bisagra para la empresa, creció 400% abrió operaciones en México, y pudo levantar una ronda de inversión de USD 600.000 para acelerar su crecimiento en Latinoamérica.

Pereyra, de Starbread, cuenta: “Nuestra planta es certificada como Vegana, y hemos comenzado hace años con la investigación de las legumbres en nuestros productos. Desarrollamos proveedores en esta materia y junto a Carrefour queremos expandir la línea de productos sin TACC, sin leche, ni sus derivados. También tenemos un área dedicada a desarrollar alimentos fortalecidos con prebióticos y probióticos, elementos que ayudan a la salud intestinal”.

En 2020 Zafrán logró la Certificación B y lanzó tres nuevas líneas de productos: galletitas integrales y orgánicas para chicos y chicas de zafranito; la línea de ingredientes en envases compostables; y dos nuevas variedades de barras veganas. “Es nuestra manera de asegurarnos que las materias primas fueron producidas responsablemente, sin agroquímicos y considerando el impacto ambiental”, asegura su responsable. Gracias a todo eso, “zafrán siguió creciendo y cerró el año con números positivos: 55% más de facturación en pesos, 24% más de kilos comercializados y 10 nuevos empleados en planta permanente”.

Nutree, comentan sus socias, aumentó un 20% el volumen de ventas e invirtió para optimizar la logística y aumentar la producción. “Instalamos una caldera, bloque de cocción y formadora con más capacidad productiva y reduciendo los consumos de gas y electricidad”.

Better Food, por su parte, ha comenzado un proceso de eliminación de los azucares en los productos que hoy produce y los que tiene planificado incorporar a futuro. “Argentina es uno de los principales consumidores de bebidas azucaradas del mundo y por ello trabajamos para contribuir al descenso de esta estadística”, remarca D’ Abramo.

Para Wakas, empresa que produce alimentos sin gluten, también 2020 fue un año de crecimiento. “Eso nos permitió mitigar el tremendo aumento de nuestros costos y, al no poder trasladar estos aumentos a nuestros precios de venta en la medida que se necesita, seguir funcionando a pleno con un tremendo sacrificio de nuestro margen”, comenta Javier Lucero, director de la marca. “En volumen de ventas, las unidades se duplicaron respecto de 2019, llegando en 2020 a una facturación de u$s 1,5 millones. 2021 se nos presenta también con crecimiento importante. Lamentablemente por la pandemia tendremos que demorar la puesta en marcha de un nuevo proyecto para el cual invertimos en tecnología italiana”. La empresa, si bien ya exportaba a Chile, en el último tiempo sumó Ecuador, México, Uruguay, Paraguay y Brasil, país donde ya cuenta con un hub logístico.

Vegan Nature también creció e invirtió con capitales propios. “Invertimos $35.000.000 en una planta nueva, en tecnología, lo que nos permitió triplicar la producción con la misma gente”, cuenta su CEO. “Estamos en un punto de inflexión, en todo sentido, hay un antes y un después del 2020. La alimentación es uno de los grandes temas. Personalmente estoy convencido que la alimentación a base de plantas va a tener un crecimiento exponencial, no solo por ser saludable, sino y, sobre todo, por el medio ambiente. Hoy, el consumidor es el agente de cambio”.

Nota original publicada en Cronista